29.9.08
Carlos Tárdez
Cada una de sus pequeñas esculturas se refiere a una historia, una anécdota o un personaje… En las fotos que acompañan este texto tenemos:
El emperador del famoso cuento escrito por H. C. Andersen.
Aníbal sobre su elefante.
Una obra títulada El cuco… (El cuco roba los nidos de los demás).
El nadador… muy concentrado por lo visto…
Una versión de Gregor Samsa, personaje de La metamorfosis de Kafka.
Poder observar estas obras teniéndolas a la altura de la nariz nos hace entrar en un mundillo peculiar con dimensión propia. El hecho de que sean tan pequeñas atrae y me gusta saber que detrás de cada personaje, hay algo tangible e inteligible, interpretado con humor y perspicacia.